jueves, 3 de noviembre de 2011

El Barroco

EL BARROCO



El triunfo es el gran tema central del BARROCO, el triunfo es sinónimo de gloria; En la gloria el tiempo madura y se transforma en eternidad. Nunca antes había sido tan grande el deseo de lograr fama eterna a través de la gloria y el honor.


Antoine Coysevox "La Fama pregonando la gloria de Luis XIV" realizada para el Palacio real de Marly


Triunfal es también la vitalidad intensa, a veces en grado sumo, que irradiaba de la mirada de los personajes de la época desde sus retratos en pintura y escultura,  E igualmente la que trascendía de las monumentales obras que emprendían, emperadores, reyes y Papas, cardenales, grandes prelados o aristócratas, ordenes religiosas y corporaciones diversas.


Dos Retratos de Luis XIV, Izquierda detalle del oleo realizado por Rigaud
y derecha, busto esculpido por Bernini durante su estancia en París

Philippe de Champaigne, Triple retrato del Cardenal Richelieu


Triunfal es igualmente el espíritu con el que se concebían palacios, castillos, edificios religiosos, jardines y grandes espacios urbanísticos.


Palacio de Versalles, Galería de los Espejos
Palacio de Versalles, Vista desde el "Parterred'eau"


Piazza dell'Popolo en Roma


En los jardines, de regularidad geométrica, el estricto orden y la técnica empleada en canales, estanques y fuentes lograban que el arte Barroco triunfara sobre la naturaleza.


Vista de los Jardines del Chateau de Vaux le Viconte

Vista del eje central de los jardines de Versalles desde la fuente de Latona


La época del Barroco es la época de la fantasía, una fantasía que necesitaba desesperadamente proporcionar al pueblo un escape espiritual a los pesares de su tiempo, el hambre, las epidemias, las guerras de religión y la amenaza Turca.



Estatua ecuestre de Federico III, Gran elector de Brandemburgo. Palacio de Charlottemburg, Berlín



La Iglesia Católica, tras el Concilio de Trento, adoptó una postura de tipo propagandístico y buscó un arte que conectara con los nuevos ideales de piedad, tendentes a reafirmar la supremacía universal de la iglesia romana.


El Baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro de Roma

Sepulcro de la Beata Ludovica Albertoni, Roma, Iglesia de San Francesco a Ripa


El arte de está época, en la grandeza de su concepto, nos habla en un lenguaje simbólico que todavía hoy entendemos.

Fachada de la Basílica de Santa María La Mayor en Roma, obra de Ferdinando Fuga


Estatua de Carlomagno, obra de Agostino Cornacchi, Basílica de san Pedro, Roma

Éxtasis de Santa teresa de Jesús, por Gian Lorenzo Bernini, Iglesia de Stª Mª de la Victoria, Roma


El rapto de Ganímedes, obra de Pedro Pablo Rubens