EL BARROCO
El triunfo es el gran tema central del BARROCO, el triunfo es sinónimo de gloria; En la gloria el tiempo madura y se transforma en eternidad. Nunca antes había sido tan grande el deseo de lograr fama eterna a través de la gloria y el honor.
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Antoine Coysevox "La Fama pregonando la gloria de Luis XIV" realizada para el Palacio real de Marly |
Triunfal es también la vitalidad intensa, a veces en grado sumo, que irradiaba de la mirada de los personajes de la época desde sus retratos en pintura y escultura, E igualmente la que trascendía de las monumentales obras que emprendían, emperadores, reyes y Papas, cardenales, grandes prelados o aristócratas, ordenes religiosas y corporaciones diversas.
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Dos Retratos de Luis XIV, Izquierda detalle del oleo realizado por Rigaud
y derecha, busto esculpido por Bernini durante su estancia en París |
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Philippe de Champaigne, Triple retrato del Cardenal Richelieu
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Triunfal es igualmente el espíritu con el que se concebían palacios, castillos, edificios religiosos, jardines y grandes espacios urbanísticos.
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Palacio de Versalles, Galería de los Espejos |
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Palacio de Versalles, Vista desde el "Parterred'eau" |
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Piazza dell'Popolo en Roma
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En los jardines, de regularidad geométrica, el estricto orden y la técnica empleada en canales, estanques y fuentes lograban que el arte Barroco triunfara sobre la naturaleza.
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Vista de los Jardines del Chateau de Vaux le Viconte |
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Vista del eje central de los jardines de Versalles desde la fuente de Latona |
La época del Barroco es la época de la fantasía, una fantasía que necesitaba desesperadamente proporcionar al pueblo un escape espiritual a los pesares de su tiempo, el hambre, las epidemias, las guerras de religión y la amenaza Turca.
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Estatua ecuestre de Federico III, Gran elector de Brandemburgo. Palacio de Charlottemburg, Berlín |
La Iglesia Católica, tras el Concilio de Trento, adoptó una postura de tipo propagandístico y buscó un arte que conectara con los nuevos ideales de piedad, tendentes a reafirmar la supremacía universal de la iglesia romana.
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El Baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro de Roma |
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Sepulcro de la Beata Ludovica Albertoni, Roma, Iglesia de San Francesco a Ripa
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El arte de está época, en la grandeza de su concepto, nos habla en un lenguaje simbólico que todavía hoy entendemos.
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Fachada de la Basílica de Santa María La Mayor en Roma, obra de Ferdinando Fuga |
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Estatua de Carlomagno, obra de Agostino Cornacchi, Basílica de san Pedro, Roma |
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Éxtasis de Santa teresa de Jesús, por Gian Lorenzo Bernini, Iglesia de Stª Mª de la Victoria, Roma |
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El rapto de Ganímedes, obra de Pedro Pablo Rubens |